viernes, 2 de febrero de 2018

ATALAYAS DE PESCADORES. LOS ENEMIGOS DE LAS TENCAS EN ÉPOCA DE FRÍO.


Paseos de invierno.



     Como no podía ser de otra manera, mi curiosidad en este tiempo de invierno por ver nuestras charcas me supera y el paseo se acaba imponiendo. 






Atalayas de Cormoranes 
Señales inequívocas de sus comederos 
   Rocas en las que permanecen posados extendiendo sus alas secándose al sol.

         Este año la cosa pinta mal, no ha llovido lo suficiente, pues a estas alturas de finales de Enero nuestras charcas y pequeños embalses se encuentran a unos niveles muy bajos y con muy poca vegetación subacuatica. Ha sido un otoño seco y el invierno tampoco se esta portando bien en cuanto a precipitaciones por estas latitudes. Esto nos perjudicará, ya que las tencas se encuentran mas indefensas frente a los depredadores. 

          Ojalá tengamos una primavera lluviosa como la del 2016.

                                             
                                                  Señales inequívocas de sus comederos
                          Sus excrementos pintan de blanco las rocas próximas a las orillas.
                   

  • Sobre todo tenemos un depredador alado que es el azote de la tenca (la bestia negra) en esta época "EL  CORMORAN"

      Mi  paseo por varias charcas tenia como objetivo ver a estas aves. (El cormorán)
        Que atacan a las tencas en  las charcas y pequeños embalses, disminuyendo notablemente las poblaciones existentes de un año para otro. 
       Generalmente son gestionadas con las cuotas de las sociedades de pescadores.
     Estas aves, causan graves problemas en las nuevas repoblaciones de tencas.            

      Su alimentación en nuestras charcas trae como consecuencias que tenemos que incrementar el numero de alevines la mayoría de los años, ya que son unos excelentes pescadores y necesitan comer pescado todos los días, causando muchísimas bajas en  las nuevas repoblaciones y en la pesca ya existente.  



          Tras varios avistamientos en vuelo y posados, no pude fotografiarlos. Tuve la sensación de que habían sido tiroteados, debido a que levantaban el vuelo antes de llegar y salir del coche. 


       Pero al final la perseverancia da su fruto y en una segunda visita vi una cabecita que asomaba en la superficie de una charca y eureka, allí estaba el pájaro, pescando tranquilamente. Me dio el tiempo justo para poderle fotografiar tres o cuatro veces. 


     
       Rápidamente se percato de mi presencia y levanto el vuelo